sábado, 22 de diciembre de 2012

¿Sabes por qué respeto tanto la sociedad?
No está ni esa, sino la, o lo social,
con su moral, su corruptela, sus discursos.
Porque me enamoré de tus ojos y sin ella
te habría aniquilado hace tiempo
porque ellos son míos. Y sin embargo
me mantengo aquí para que no se extinga tu mirada.
Y no sé si a ella le debo la sociedad, tu mirada o mi amor.
O todo sea, como el fuego y mi alma, una ilusión.
El sentimiento es Narciso
y su pura demanda de expectación
instante, por instante, por instante.
Pero por alguna razón, sólo se habla
del eco, aséptico y nada más.
No tiene sentido, cuando esta escisión
ha estado siempre cosida por un río.