martes, 6 de mayo de 2014

Pasado sin cortapisas

Huele a ozono por tantos sueños alejándose.
Una garra voraz derrama briznas secas.
Estudio de tu pelo tinto de tormenta.
Aún no ha amanecido y vuelves a besarme.
Algunos se asustarán; tengo para ellos este conjuro:
La mística debiera reconocer el valor de los eufemismos
por hacer tangible no el objeto sino su fuerza innombrable.
El eufemismo es un índice que señala lo realmente inefable
de lo inefable en acto. Lo que llamamos texto
místico es el eufemismo de los eufemismos mismos.
 . . . . . . . . . . . . . TÓTEM Y TABÚ
Enarbolada la máscara tangible de un goce prohibido en el lenguaje
Vamos a pescar una ilusión (luego la devolveremos al agua).
Una ilusión que funcione como real mientras sea ilusión.
Una ilusión que funcione como ilusión mientras se desenmascare.
La realidad no será entonces enemiga ni la ilusión traidora ni falsa.
Varias ilusiones pescadas con los labios (luego las devolveremos al agua).
He pasado mucho miedo y no te lo he dicho. El miedo se lo entrego a otros antes de que se desvanezca en el lenguaje (por el camino). Tal vez yo no lo sepa y me escamotee a mí mismo. Te veo presumir de tus miedos. ¿Qué me escamoteas? Nada de esto vale. Lo he tachado todo, no está a la altura; pero algo ha escamoteado los trazos y aquí queda esta huida entregada sin saber qué temo, qué he dicho, cuánto de tú sinceramente me ha conquistado.