viernes, 22 de mayo de 2015

Pacífico

Las arterias bombean en nuestra noche de amor.
Un anillo de mañanas de amor.
Un archipiélago de tardes, tiburones ballena
que van dejando atrás las millas, las corrientes,
ensortijando colosales arrecifes no humanos
de nuestro amor.
Por donde quiere sale el sol
y tu temperamento es envidiable.

Urbe

Tus dientes añoro como copa
para todo mi cuerpo.
Apoyaba el brazo entre la mesa y sus pechos
mientras escribía:
“Cada lugar de tu cuerpo que puede
ser beso, ser surtidor. Cada porción
de mi cuerpo que huye, que siente, que brota”.

Vanidosos

Los objetos quieren sus lógicas.
Quieren llevar las palabras, haciéndose
pasar por los objetos, sus lógicas, sin
idea, sobre nosotros, cuando
ni siquiera quieren,
ni siquiera pasan.

Espontaneidad

Se arropó en la parálisis de su dimensión
en un baño aleatorio proporcional.
Precisamente
porque su incapacidad consistente
en no saber contener la pausa
a la que el instante se aboca.