“¡Que todo el mundo se calle,
para que yo pueda estudiar Historia!”
A qué ese empeño en que
nos duelan las distancias y nos
instamos a recorrer mil veces un instante.
Esto debe ser de otra manera.
Eres como una lesión
que inhabilita mi tristeza.
Si lo fueras realmente,
¡qué terrorífica alegría!
Llueve, y yo tenía mi fuego tendido.