martes, 7 de marzo de 2017

"Tu risa me hace libre"

Un repertorio de profesionales
se encargaba de argumentar autoritariamente la fundamentable
condena a mi falta
de seriedad. Como cocineros, dividieron lo que soy
en ingredientes con los que cocinar el cuerpo de mi castigo.
La sentencia tuvo que ser agravada,
porque tampoco me tomaba en serio
el riguroso estilo retórico de su enunciación.
No podían entender, por más que se lo explicaba,
que a una mil millonésima del humor
estaban tus caricias.