viernes, 4 de febrero de 2011

Un enemigo escribió estas palabras en vuestras murallas
aprovechando las noches de tregua, de oración y de llanto.
tú que luchaste conmigo a su sombra las entiendes bien.
Cuando el odio y el miedo regresen como extranjeros
a estas tierras, no las entenderán; pero creerán que fueron grabadas por gigantes.
Se marcharán y dejarán que el viento y la lluvia sigan haciendo su trabajo.
Y entonces ellas desaparecerán, igual que hicieron ya los héroes y las piedras.
No nos dejamos engañar, sino que nos enamoramos
del discurso que dice lo que verdaderamente somos.
Sobre todo si no entendemos nada, y aún más
si ni siquiera entendemos qué otro pudiéramos haber amado.
Un color u otro más allá de mis narices,
¿merece la pena pelearse por ellos?
Pero sólo por ellos sé que el sol está ahí
detrás de la niebla.
La palabra nos hace vivir
mientras todo lo demás nos tiene entretenidos.
Fijamente tejidas por el viento.