miércoles, 3 de noviembre de 2010

Nada era real.
Sólo un lastre de poemas
y dioses de amor.
Acaso algo de sangre.
Pero yo te quería.
Y ahora sigo aquí.
Vienes a creer
que sigues despierto;
mientras empiezas a vivir
mis sueños.
De dónde ha sacado mi pensamiento
que necesita un minuto de respiro.
Apenas un lapsus y se apagaría el mundo.
Por qué ese empeño en vol-ver al mundo
de los sueños.
Ni sol, ni vino, ni besos.
Cansancio o la abstinencia
de mi embriagada pereza.
El mundo baila a lo lejos
y sigo sin saber qué está
pasando.