El odio sólo es otra manera
de comenzar una historia.
(y el amor, sólo ese
empeño en terminarlas)
Al diluirse en la distancia, su deseo
se hizo tan solitariamente insoportable,
que inevitablemente todo surgió de nuevo,
nuevos vacíos, nadas nuevas
donde nuevos extraños
pudieran encontrarse.
Y a sí mismos.
Su menuda y continua beligerancia
ha de provocar tu calma, tu tranquilidad,
no tu indiferencia.