martes, 22 de septiembre de 2015

No he olvidado nada que no fuera contagioso.

Frontera maquinal

Hay un serio expolio en tu intención,
en ese bosque en fuga que es el espejo,
en ese océano de lava que consiguió
domar la cajita que es tu dormitorio,
la sábana de viento escribiendo en la cama.
Hay un serio expolio en mi intención.
Hoy hemos venido a divertirnos,
nuestros cuerpos han venido a divertirse;
desde dónde, no se sabe bien,
pero hacia el imposible que es el cuerpo del otro,
mientras dure este intervalo que le robamos hoy
a la pureza, a la mecánica, a la suerte.

Calibre

Pero sucede, por un momento, ¡zas!:
el bolsillo está vacío de noticias,
los demonios entonces ocupan en desorden
desde tu corazón calle por calle.
Dura nada, un segundo, menos, 
o alguna buena medida de precisión.
No he conocido nada que no fuera contagioso