lunes, 15 de junio de 2015

Café

Si vas a beber infancia que sea verano.
Si tarde, con una risa de chica adolescente
entre estudios. Las opiniones, para serios
hombres mundanos. Ya los ancianos dirán
qué fue del rito: el buen legado donde
los más ingenuos devastan su propias tierras
para sembrar lo que otros no necesitan.

Trazos

Esta ciudad que poliniza océanos alérgicos.

Regalo

Me han dejado infiltrada la decencia. En pequeñas
dosis vierte sus escuchas. Sospecho que es un
voyeur bien
intencionado o un grupo
de voyeurs bien
organizados. Con un código ya aprendido pero olvidado
su secreto. Un reguero entre dientes. En el idioma
de la modestia, ese espía de la depravación.

Quedar

Ya hay que buscar quien apruebe las sombras.
Cuando basta el frescor de su inocencia decimos:
“son cosas del pasado de otras edades
más crueles, más oscuras, más dispuestas
a dejarnos embobados con sus colores brillantes
en los muros”. Y salimos a que un nuevo invento
deje constancia de la última energía.