domingo, 21 de junio de 2015

Sensatez

Hoy es el azul el veneno del cielo.
Las aves y sus puntos suspensivos.
Quise y la ternura dobló su precio.
Bebo el veneno en tus ojos y escribo sobre el cielo.
El renglón es un rizo que juega libre en el aire
y después vuelve solo al silencio,
vuelve a tu cuerpo, a mi sangre.

Cordura

Pregunto por qué te crees propietaria de tu boca,
y lo pregunto con besos, que es el idioma de mi indignación.

Eco no escucha a Narciso

Quien habla balbucea los requiebros de un río.
Moriría por decir
que sus palabras son suyas.
Moriría por decir
que sus ideas son suyas.
Sentimientos sinceros y míos hasta la muerte.
Sensaciones sinceras y mías hasta la muerte.
Quien habla balbucea los requiebros de un río
y si se ahora no será culpa del agua:
será el aire que canta y se arrulla con celos.

Narciso no imagina a Eco

La tragedia es intermitente. La obsesión
está perforada por punzones de olvido,
está troceada en collages sin rumbo.
Cada trocito se imagina continuo,
no concibe el agujero, mucho menos
el corte. No se imagina ni único, sino
que cada fragmento es el mismo fluido
con la misma y tan importante imagen.
Él y el mundo son el mismo río sin risa
de la no conocida tragedia.