martes, 12 de mayo de 2015

Ritmo

Hay noches en que sueño    el fantasma del ritmo.
Hay noches en que yo    soy fantasma y soy sueño.
Me amenaza el fantasma    de que sólo haya ritmo,
que ni yo ni mi sueño    haya, no, ni amenaza.
Sólo ritmo sin cosa.    Vida. Noche sin alma.

Sin pulir

Cimientas como roca las endebles dimensiones
en las que dibujo como flotando el mundo. No,
eres el rugor de las fibras de ese lienzo
que ha empapado el dibujo. Pero rugor no
existe, me lo he inventado y yo no quiero
que seas nada parecido a mi invención.
Sé pues el viento que desdice el hueco de las rocas.
Habita entonces el amplio tablero de mis dudas.
Si estuvieras
aquí hablaríamos largamente y desaparecería.

Lapso

Cuando me dijeron por primera vez
que en aquella ocasión no fui
capaz de reconocerme en el espejo,
no lo creí; pensé que hablaban
de otro, que hablaban de broma,
que deliraban –y por qué iba a ser
yo el objeto de su delirio–.
Las siguientes veces me sonó
a conocido y quise investigar.
Quién será ese que no sabe quién es
y aún así actúa exactamente
igual que yo.

Languidece la posibilidad

Hay celos en las paredes, y por eso son paredes.