Puño y cincel hincabas tu intención en la piedra.
Pero eran los añicos que saltaban
los que de verdad amaban tu arte.
jueves, 4 de noviembre de 2010
Castigo mongol
Tengo cada molécula de mi existencia, cada
ítem de mi pensamiento, atado a una oculta
dimensión. Hacia un todo nuevo de todas partes
se desplaza a velocidades inefables.
¿Qué será entonces lo que permanece en el aquí?
ítem de mi pensamiento, atado a una oculta
dimensión. Hacia un todo nuevo de todas partes
se desplaza a velocidades inefables.
¿Qué será entonces lo que permanece en el aquí?
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