viernes, 15 de octubre de 2010

Tras la cortina de mi mente
el mantel en la mesa no era suficiente
los cables en la pared no eran suficientes
en el estante libros y billetes no eran suficientes
pero quitada la mirada
todo esto es absurdo.
Flotaban como una ciencia
extraña, pero perseguía el
disparo del tiempo.
Tus ojos, tu mirada, tus recuerdos.
Y el mundo empieza cada vez que te conozco
(incluso viniendo de un llegar inaprensible)