miércoles, 11 de marzo de 2015

Arte efímero

El cuerpo es inventado y su patente
está cosida al tiempo por un lado,
por otro a todo intento deformado
por la pasión, que huye de repente.

Arde su firma, fluye entre la gente
derecho a este finísimo bocado
de ira y al racimo enamorado
que sin tu corazón apenas siente.

Tanto me lo creí, tu cuerpo, el mío;
tanto lo perseguí, con tanta huída
lo amé, que en sus entrañas recocino

la ley sin ti, con hambre y con hastío.
Me narras y me comes. Con su vida 
escribes, letra o carne, mi destino.