viernes, 31 de enero de 2014

Previsión

Un hombrecito se encerró en su casa.
En una habitación de su casa, porque
(y atiéndase a que está cosida la idea de causa)
las otras no eran necesarias. En su habitación
iba reuniendo ideas por parejas, hasta 
reunir todas las especies y creer que era 
el mundo todo. A veces miraba
por la ventana (fuera-dentro): olas de placer y depravación
de la ruindad mezquina de los hombres libres
llover y llover de palabras sensuales de mujer.
Imaginaba el futuro (pensaba su dialéctica
que flotaba en el mar de pasión en que flotaba
él, su pensamiento era el mar y era el arca)
por más que debiera reconocerse ahí
una paradoja (pero el uno y el deber ser, en fin).
Sépase entonces que la idea de tiempo
con todos sus colorines y sus pájaros
surgió de él. Este invento cronológico
y metereológico para creer la anécdota
situada en el pasado. Para creer el pasado
con importancia presente. Afortunadamente
(se sabe que tuvo hijos este hombre, y es sospechoso
lo poco que se dice de aquellas discusiones familiares)
el sol no suele tomarse la sangre muy en serio.