domingo, 1 de febrero de 2015

Ladronzuela

Ya está la memoria
jugando a la indiferencia.
He pasado revista a los descuidos
y eso constantemente.
Se desliza sobre ti, lleva tu nombre,
y eso constantemente.
Si el tiempo de mi respiración fuera
soportable, otro con ojos de cuervo
te amaría de nuevo.
Lo aprendería una vez, constantemente.
Lo deslizaría de nuevo, constantemente.
Y tendría ahora ojos de cuervo con mi nombre.
Tendría ahora dedos de cuervo, nombre.
Veríamos volar su grito negro como el perdón
haciendo cielo en mi memoria sintigo y sin aliento.