jueves, 8 de diciembre de 2016

Misocronotropía

No construyas con tus órdenes
aquello que se destruirá,
a vecinos y esclavos, amantes
y enemigos, cuando caigan
los imperios que nos sustentan,
con amenazas brillantes, 
como diluvios y ni el barro
quede de sus monumentos enormes
que discuten día a día con el cielo
dando sombras enormes. No. 
Múerdete, aprieta los dientes con fuerza,
bocado a bocado, si hiciera falta,
hasta que tú y cuanto puedas llamar tuyo
ya apenas sea una sola
moneda de cambio,

como el instante.