martes, 27 de agosto de 2013

Los caminos no estudian nuestras huellas.
El suelo no lamenta la losa ni el asfalto.
Los cimientos bucearán para ti
fue cruel atrevimiento
apartar la mirada o quererlo.
Mis manos casi tocan tus pechos
encadenado de un pie como estaba a la luna,
de mis hombros caía el viento no sé
del sur o del norte entonando viejos
salmos. Migraban las miradas.
Hacía frío: era la intimidad.
El cielo ha olvidado repartir por la tarde sus sombras.
El suelo no atiende como de costumbre, está desconcertado.
Las pisadas no saben ya a qué pie pertenecen.
Yo he olvidado tu nombre. Mi propio corazón
lo he visto abandonarme en busca
del conocimiento.
Tristeza tiro con arco.
Subrayado turismo de tus dedos.