jueves, 30 de junio de 2011

El verdadero veneno es pensar que no hay veneno.
Por más que estruje el puño es una esponja
y lo que sale no puede ser distinto
al océano absorbido.
O cuál será el nuevo matiz, ¿el puño,
el ser de la esponja, el momento
en que algo escapó hasta este relato?
O será tu pensamiento, tu olvido,
y sus consecuencias.
De ti bebo los sueños que respiro.
En ti miro la espalda en que me ahogo.
Pago el sentido y lo que debo
queda debido y rescindido.
Nunca debí soñar contigo.
Nunca debí nacer sino este día
en que has tasado el precio de la lluvia
y has llenado de espaldas la mirada.