La luz, su onda, su inercia, como un virus
propagando su lenguaje por todo el universo.
La semántica escogió para mí estos síntomas.
Yo transmito mi testigo. Tú
verás como la llamas.
Este vacío, la prohibición de una promesa
y mi amor, un borde de culpa.
Sólo soy propietario de mis engaños.
América siempre estuvo ahí, esperándonos,
como una mujer propicia. Oh Zeus.
Combate tranquilo en el castillo de tus obras.
Las aves y las hierbas roerán tu victoria
tramadas en las leyendas que narren tu derrota.
Me faltas hasta el exceso.