viernes, 19 de noviembre de 2010

Y otra de arena

Tus ojos como piedras sepultaban mi voz
a cal y canto.
¿Cuál era mi pecado?
Permitirme ser el objeto de tu amor.
Entrar en negociaciones con tus demonios
y tus culpas. Ser la ley y el servidor
de tu tiránico deseo.

Espejismos finales

La alondra no huye para salvar su vida;
sino para hacer del halcón
un asesino más rápido.
Y el objetivo del sexo:
que el ruiseñor perfeccione su canto.
La gente sabe que no está ahí;
pero vive como si no lo supiera
aquí.

Atlas

De no ser por el mundo, la vida sería insoportable.
De no ser por mí, el mundo sería insoportable.
De no ser por el lenguaje, Yo sería insoportable.
¿Qué esfuerzo titánico soporta el lenguaje?