Esperas de mí la arruga en la almohada. El insólito sabor de la infusión. La ropa en el armario o los teléfonos en la estación. El horario. La rosa. La alegría.
Hice del mundo un gran archivador. Una estructura perversa y hermosa con la oculta esperanza de que en los cajones se acumularan, secretos, traicioneros, cómplices, lo inesperable.
Quisieras incubar una transformación; pero no eres hijo de un huevo, sino hilos de lenguaje.