lunes, 5 de agosto de 2013

Faro en este mar de tinieblas donde
hasta mis manos son recuerdos
que cantan a la muerte.
En mi vida no sucedes: irrumpes.
La memoria no es voluntaria.
Brota el saber al capricho de los vientos
o lo que se supo de ellos
antes de olvidar largamente.
Ahora impregnado de color y sentidos
ahora tallado con sombras.
El recuerdo si es repetición
es ya acto ajeno a la palabra,
efímero continente vacío de ser
matiz de un borboteo a sabor
de ellos qué se quiso
en mi vida, no voluntaria,
interrumpida por trozos
captada al vuelo
por un punto de olvido.
Persona: corriente de palabras que me envuelve, soplo de soledad que se me escapa.
Si no os sentís en casa en vosotros mismos
¿dónde pensáis ir?
(a la sed sin nombre de sus labios)