miércoles, 1 de mayo de 2019

Sabor

Por un momento, tiempo, detente y desempaqueta
tu guitarra de minutos y de dedos.
Nada por las cosas, nadie por las sombras.
Si el calor ha dicho algo, si el frío ha callado,
el perfil, la posición de los objetos, guardan
tenaces, despiadados, sospechas y secretos.
No queda, pues, constancia, sino de esto: saber
que no fue memoria la certeza de tus manos
ni recuerdo la fugaz urgencia de tus labios.
Lo demás ha volado ya, sin la mirada en su sitio.
Nadadores, sea más breve, más prolongado
el arpegio de nuestros brazos, en
algún lugar del viaje hay una puerta
amada, hacia nosotros mismos.