No hay enemigo que valga.
Nuestro babilónico muro es cómplice.
La oscuridad se humedece de ignorancia insondable.
Se yerguen valentías preñadas de futuro.
Es un error, pero el error
viene a jugar a las cartas, le gusta
reír ante esos indignados lances
humanos.
Acércate, conmigo
juntos bajo esta fría sábana de sufrimiento.
Acércame, contigo
juntos en todos los exteriores de cariño posible.