jueves, 28 de febrero de 2013

En este lugar coloco una censura de acantilado. Quien
quiera saber más, mejor no espere
el trabajo de los lexicógrafos que se besan a escondidas.
Es sorprendente comprobar cómo la realidad sorprende nuestras intenciones.
Saber que te adelantas a mis sentimientos es cosa de un demonio de fuego. Escúchalo en esta voz hecha de arena y otros regalos de sombra.

Tres poemas gravitan independientes

Renaces no sé de dónde en este mundo real.
Imbuido de música y sangre.
Cuando hundas
los dedos en el tiempo y hagas
derramar su nombre.

Se sabe que las promesas

Vienen a entrar en mi casa y mi ciudad,
en el pequeño dedal por las ventanas
hasta el incendio que desaté para que
entre tú y yo no hubiera -a quién se lo darán-
nudos guardados; pero vienen, lo arrebatan,
se lo llevan por partes me destrozan
las paredes. Y todo debido
a la caída
de los precios.