.....Carecía totalmente de sentimientos. Jamás nadie pudo intuirle un atisbo de duda, de enfado, de culpa. Carecía de expresión, era imposible encontrar gestos o ademanes que le definieran.
.....No tenía canas, ni arrugas, ninguna pequeña deformidad. De hecho, no tenía nariz, no tenía hombros, ni rostro.
.....Ni alma, ni nombre, ni sombra.
.....No existía.
.....No tenía canas, ni arrugas, ninguna pequeña deformidad. De hecho, no tenía nariz, no tenía hombros, ni rostro.
.....Ni alma, ni nombre, ni sombra.
.....No existía.