Tu mirada es un diamante,
no por su brillante parecido,
sino por lo valioso de su diferencia.
Retenido y firmado, atado con mi sangre,
íntegramente, la originalidad de mis vicios.
Pero una virtud, ¿con qué derecho
apropiármela?
Las virtudes son los defectos
hechos palabras.
¿Y si los objetos me hubieran elegido a mí,
cómo entender nuestra historia de amor?