lunes, 2 de marzo de 2015

Detrás de la oreja

Siempre, escucha mis palabras
(aunque sé cuánto te gusta hacer oídos sordos).
He venido aquí para aclarar las dudas.
He venido pero estoy en otra parte
donde soy un trozo apenas de tus sospechas.
Porque cuando te deshaces de mí, esa historia
me suena ya tan conocida (la cantinela acostumbrada
de tus hermosas, hermosas sospechas).
Por eso estoy aquí, por ser el fruto de tu
desconfianza, la semilla de tu desconfianza.
Porque cuando llegué no había rastro
de pasos, de un lugar ni de mis piernas.
Porque yo, en cambio, siempre, te fui fiel.
Incluso cuando creo que no existes.