La suerte, el destino, una ilusión,
nos hizo coincidir en este casi existir del universo.
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Fidelidad
Ese día me arrepentí de mis palabras.
Y las palabras, ¡pobres!, arrepentidas de sí mismas,
vagaban murmurando su pecado eternamente.
Y las palabras, ¡pobres!, arrepentidas de sí mismas,
vagaban murmurando su pecado eternamente.
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