miércoles, 15 de junio de 2011

Yo ya he perdonado a aquellos que viven
en un mundo donde mi amor es imposible.
Igual que he condenado a aquellos
que hicieron imposible mi perdón.
Eso fue ya, y ahora sólo quiero
entender el enigma de tu odio y de tus besos.
Algo de que hablar. Algo como un secreto
entre los huecos de la tierra. Un enigma
largo que cuelgue en los oídos, que brille
como el agua, al caer, en las ventanas,
en los vasos, en la piel, en los ojos, en la roca.
Algo que entregado por ti sea mi amor
y resplandezca.