viernes, 5 de agosto de 2011

Amante estupidez

Pues sí, la estupidez es grande
como un caballo de guerra;
como una bestia entrenada para ganar todas las batallas;
como un blindado motor
capaz de atravesar cualquier alambrada;
como un acorazado cuyos cañones acosaran
los puertos a ambos lados del Atlántico
y sobre el que se entonaran loables cantos épicos;
como un soberano avión, titánico, colosal,
que transportara trenes, barcos, caballos y tanques
siempre por pares;
como un transbordador
que nos lanzara al espacio.