La única prueba de la paciencia es la eternidad.
Y el héroe es el instante.
¿Qué debe latir un corazón
que no deje espacio a tu locura?
Hoy pongo mis duedas a tu servicio
porque escudezco de amor.
El primer día me resistía, rebelde y reticente.
Al segundo, al segundo.
En tus tribulaciones te guiñaba la humanidad entera.