miércoles, 12 de septiembre de 2012

Sucede que se nos escapa, y eso es real.
Lo que nos queda en la idea como un niño abandonado,
como si fuéramos nosotros que lo construimos.
Lo que nos queda en la idea como una ruina
que vamos a abandonar infantilmente.
Presencia, mágica maravilla de lo posible.
Con aplausos termina la tragedia.
Y los jóvenes amantes escondidos
saben que han de acabar sus actos.
Nadie ha reclamado aún la patente del olvido.