jueves, 19 de febrero de 2015

Otra función

Precisos en su afán los dedos
pinzan el herrete diminuto
en la cajita de la cremallera.
Hábiles llevan el cordón al lazo,
un pequeño tirón y, zas, ya está
apretado el otro zapato.
Y el inverosímil rigor con que los marciales dedos
dejan enganchado el botón
en su respectivo ojal.
Dedos que se distraen 
en el enredo de tu mechón.
Dedos en el espasmo
que da origen al mundo.