domingo, 22 de junio de 2014

Plan de fuga VI

Lo que en principio creímos una victoria, resultó algo descorazonador. Con la ocupación de los distintos niveles de estrategias confundidas, redujimos al mínimo el factor tiempo. Con eso creímos ponernos a la misma altura que el plan de fuga original y compensar esa ventaja.
Una vez más, ya contaban con esto. Al ponernos al mismo nivel, comprendimos que la fuga no era un proyecto de futuro, sino que estaba sucediendo ya, ante nuestras narices. Constantemente y en cada acto. No directamente en cada movimiento, pero todo movimiento en la estructura de la estrategia era en realidad un mecanismo de fuga. Así pues, nos quedaba la tarea de encontrar en qué punto o puntos de ese mecanismo se daba realmente la fuga.

Plan de fuga V

Poco a poco vamos comprendiendo la complejidad y los niveles del plan de fuga. Hasta qué punto tienen previsto hasta el más mínimo detalle. Cómo tienen bien definida la función de cada elemento, bien agente bien circunstancial.
Además, vamos clarificando, y esto es de momento aún más importante, el plan de ocultación. Porque paralelamente a su estrategia, construyen otras estrategias diferentes, que camuflan a la auténtica. Cada una funciona como un sistema autónomo, y se protege a sí misma de su desenmascaramiento. Son dinámicas y responden a nuestra investigación. Parte de sus mecanismos de defensa consiste en crear, a su vez, nuevos planes de confusión. De esta manera, se multiplican las investigaciones, y se vuelven más lentas, mientras que el plan original avanza impune, ganando tiempo.
Sólo un detalle de su barroquismo favorece nuestras pesquisas. Algunos integrantes trabajan para varios planes a la vez, sin saberlo. Así que ellos mismo se confunden, pues desconocen a qué nivel de la confusión están trabajando. Al mismo tiempo, nuestras propias estrategias topo confunden las suyas. Lamentablemente también las nuestras.