viernes, 16 de junio de 2017

Besos en deuda

Dejad que teja este charco de espera.
Vosotros bebed vino, tened, mezcladlo con agua;
yo, memoria a memoria, iré cosiendo mis lágrimas.
En mi sed habitan los besos que él me debe y vosotros
me reclamáis. Y mis besos y mis lágrimas han de ser
el mar que nos separa,
el mar que me aprieta isla con vosotros,
y el vino que tragan vuestras nobles gargantas,
y el sexo por el que vuestras lenguas se desangran,
el mar que os trajo con vuestros brindis odiosos,
el mar que lo traerá a él de vuelta a esta su casa.
Esta noche diluiré mi tejidos y me bañaré 
desnuda en la piscina de mis recuerdos con mis lágrimas
borradas.
En vuestra sed habitan los besos que él me daba y vosotros
tomad, bebed vino, mezcladlo con agua.