martes, 12 de febrero de 2013

Exorcismo frustrado del instante

Ofrezcamos, como castigo, la eternidad bien
entendida. Conectada con un acto, a ser
posible
reproductor.

Explicación rigurosa número uno

Teniendo en cuenta que en todo p punto
podemos entender, dentro de la sensatez, lo que queramos,
someterse a la obediencia canónica es un acto de amor.
Y aún más amor si en nuestro entendimiento
damos cabida a una sensatez, obediente, rebelde
y etcétera bajo nada oculta ironía.
De aquí se deducen al menos estas pre-misas:
• La relación ineludible aunque incómoda entre amor y cantidad.
• La posición exacta de mi actitud por ti.
• La estructura difusa de lo que soy en tu momento en función de la estructura, nítida o no, de lo que eres en este momento.
Pensemos una posición. Llamémosle enferma.
Usemos el lenguaje, no más, como una noria o rueda
de molino (simbolismos cíclicos varios y agrarios).
La palabra es el agua que se escapa. La palabra
en el cubo recogida. La palabra los ejes y través-
años de la máquina, el movimiento no circular
sólo sino fantásticamente espiral, hipertopológico.
Cuenta con el interés de los paseantes
aquellos hechos gloriosos que prietan el pecho.
Te encuentras detenido ante un espejo que también
reflexiona sobre la encrucijada de mi percepción
contigo.