martes, 12 de febrero de 2013

Explicación rigurosa número uno

Teniendo en cuenta que en todo p punto
podemos entender, dentro de la sensatez, lo que queramos,
someterse a la obediencia canónica es un acto de amor.
Y aún más amor si en nuestro entendimiento
damos cabida a una sensatez, obediente, rebelde
y etcétera bajo nada oculta ironía.
De aquí se deducen al menos estas pre-misas:
• La relación ineludible aunque incómoda entre amor y cantidad.
• La posición exacta de mi actitud por ti.
• La estructura difusa de lo que soy en tu momento en función de la estructura, nítida o no, de lo que eres en este momento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para corregir, solo por el arte de sentirme lector activo, la obediencia que declamas, solo se gesta en la idiotizada mente del ser humano.

el amor es, sin lugar a duda, la letra chica del deceso consciente.