jueves, 22 de marzo de 2018

Oído

Y que parezca miedo, y que parezca odio,
y que parezca olvido.
Que entre las palabras del viajero
otros viajeros no sepan
encontrarlas.
Porque si nos descubren,
si averiguan que nos amamos,
vendrán a los límites de nuestra tierra
-quién sabe ya si tu cuerpo o el mío-
con sus ojos y sus manos, hechas ya hechas,
con sus camas, con sus armas, con sus vacas,
a ponernos por medio sus hambres,
sus monedas, sus conócete a ti mismo.
Y, en entonces, nuestros besos, ¿qué serán?,
nuestras bocas, ¿qué serán?, y nuestro
qué sin ti y nuestro adiós sin ti, y eso
no podemos permitírselo.
¿Me has oído?