sábado, 19 de enero de 2013

La terrible certeza de que siempre estarás
como fantasma o como hueco dejado en la huella
recortada en el universo también llamado
memoria y que ese fantasma último tú conmigo
es una copia infame de mis sucesivos y con ella,
la copia, digo, pero sin ti habitando
en el universo, aún no llamado, la terrible
certeza de que siempre viviré sin ti y
sin acceso al instante que participa de ese instante
donde verdaderamente habitan los que llamamos tú o yo.
De mi definición deberías
deducir cuanto el ser me prohíbe.
O tu incapacidad para acceder
a dicha información. O la falta
de interés por cualquier saber
de ti, de mí, de objeto, de ser.
O no deducir, sino (etimológicamente)
entregar en cascadas.
Cualquier objeto arroja pétalos de teoría y resignación.
La lluvia se hace eco de tu obsesión deconstruida.