sábado, 18 de junio de 2011

Eres perfecta y, entonces,
no puedo nombrarte
(pues la distancia entre tu perfección
y tu nombre ya es algo impreciso);
o bien, sólo eres perfecta
cuando te nombro.
Cualquier otra opción
me cuesta pensarla.

Percepción

Si en la perfección se abre una puerta, daremos, sin duda, en otra perfección distinta. Y ha de ser una perfección, pues no podría dar la perfección algo no perfecto. Ahora bien, ¿cómo puede ser una perfección perfecta si otra perfección le hace interferencia? Una perfección abierta es susceptible de ser puesta en duda; ¿es por eso menos perfecta? Intuimos que la perfección tiende entonces a permanecer cerrada en sí misma. Sólo puede haber un Sol; y, sin embargo, brillan las estrellas.