En todo objeto hay un instante y un objeto;
pero no siempre hay un otro.
Cuando el otro se hace objeto no puede perder
su condición de otro, pero el instante
otorga al otro su condición de pérdida.
Como resultado, en apariencia el instante
desaparece como objeto.
Y solo queda el otro, haciendo sujeto del objeto
por un instante.
lunes, 3 de septiembre de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)