domingo, 31 de mayo de 2015

sábado, 30 de mayo de 2015

Inevitable valentía

Bésame y que este beso necesite ser investigado
durante generaciones, hasta que aprendan
a pronunciarlo.

Decisión retórica

Soy un juguete en tus brazos y juegas con él
con todo tu cuerpo.
A veces me descubres resurgiendo del juego
y quedamos
reducidos a una mirada cómplice difícil
de sostener.
Una pequeña sonrisa, no menos
fugaz que la mirada nos sumerge en el juego
y vuelvo a ser juguete entre tus piernas
para todo tu cuerpo.
Que nuestros cuerpos, con sus juegos y sus reglas,
se irán, eso está escrito. No así la mirada, cómplice,
de este delito fugaz
que es el quedarnos.

Inevitable valentía

Tienes que irte porque el día tiene sus reglas.
La distancia es un no, no del todo insalvable.
Pero la única distancia auténtica es el tiempo;
y si vivimos en este presente que va removiendo
recuerdos que bailan y se superponen
como en aquellos antiguos caleidoscopios,
entonces ¿qué distancia es esta?
Tienes que irte, sí, porque el día contiene
su reglas y yo te veo salir de la cama, zafarte
del sueño, de las sábanas, los sueños y mis brazos;
o es un recuerdo, o es mi imaginación, o alguien
que interpreta no correctamente estas palabras
porque el no es una distancia hace tiempo
insalvable.

Decisión retórica

Hablas con la misma naturalidad
con la que el hígado y el páncreas bucean
en el metabolismo. Hablas con el énfasis
de un bloque de roca que, hoy sí, decide caer.
Pero no dirás que tu decisión es emblema del zumo,
ni tendrás el oleaje como acertada ocurrencia.
Que recuerdo tus palabras, eso es lo correcto.
Que te prevengo sobre el qué diré, ahí radica
la única ventana en el que admitiré que miras.

viernes, 29 de mayo de 2015

Inevitable valentía

Probó a anclar en fuego el continente a la deriva.
Mil anillos de viento ignoran la trenza migratoria
y muy sesudamente se ve obligado a empezar.
Columnas de papel cosechan en la boca del hombre
mil briznas candentes de una caída perpetua.
Aquel que desnudo repasa su botánica.
Aquel que pide disculpas por su esmeralda torpeza.

Decisión retórica

Cada cosa que dices es un botón en tu blusa.
Cada definición del objeto es un tirón en el lazo.
Poco a poco la risa en los bares sólo fue un eco.
Urgente andas descalza de la cama al pasillo;
es sólo sed o el estudio de una mujer imperecedero.
El calor de la oscuridad y los vecinos en silencio.
Tus tobillos crujen, casi secretos, de vuelta a la cama.

Inevitable valentía

Las horas de luz se alargan y se alarga.
Los días de calor se alargan y llegan muy lejos.
La juventud alegre se alarga en tu casa.
El dolor. La estrecha compañía de la muerte.
La palabra. Se va alargando como un sueño
que se despega de su instante.

Decisión retórica

Pero construiremos una casa.
Habrá un cabello que cepillar y lo llamaremos siempre.
La crema sobre nuestras piernas
como si fuéramos las tostadas de algún objetivo
vital, ideal, comercial, sanitario, educativo, estético.
Reformar el color de la masilla entre baldosas del baño.
Al nuevo color lo llamaremos casa, y lo cepillaremos
como una melena que no es tenida en cuenta
por los medicamentos ni por la suciedad.

jueves, 28 de mayo de 2015

Inevitable valentía

La decepción es un acto cotidiano, es un prueba

de que tocamos la realidad, de que no somos
endogámicamente delirantes y puros.
Te pruebo con la decepción de nuestros labios
la sabrosa prueba que eres tú
                                              así, así, sin
otra comprensión ni expectativa, así,
frustrando-
me, porque no estoy, ni con
mi percepción ni con mi entendimiento,
a la altura de lo que tengo que decir o deseaba


experimentar antes de tu prueba. Y vuelvo
a mi soledad, que es el relato de mi inexistencia
contigo.

Decisión retórica

Se sabe que el acto está compuesto de como sea
y ejecuta su composición de manera discreta o continua.
Luego su explicación es otro acto, semántico,
posiblemente
ligado a la composición pero no causa, intención,
consecuencia del acto (que, como acto, es
una ficción: lo que contamos –para salvar
el cuello una noche más de sexo indomeñable–
a este lado del velo).

Inevitable valentía

Vas a descubrirme en mi implacable precisión.
Con impúdica consideración, muy educada,
vas a descubrir mis maneras, implacable vas
allí donde exactamente soy y delante de todos
me harás firmar como yo con tu acto perverso.

Retórica

Reivindicas el espacio, porque el sentimiento
es una fábula que repiquetea por ti.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Redundancia

Estamos cerca
de alcanzar
un acuerdo.

Valentía

Acudes a pesar del odio constatable, el cansancio,
probablemente mal enfocado, y la soledad
fácil de ser imaginada.

Decisión

Reivindicas el espacio, porque el sentimiento
es una fábula que repiquetea por ti.

Inevitable

Oigo rumores
de que alguien cabalga sobre lo inteligible
y que sus huellas han llenado de mapas
la tierra. Tu lengua en mi oreja o hierba silvestre.
El canto gremial del gorrión o la pareja de amantes
que vive en otros tiempos.

martes, 26 de mayo de 2015

Ilusión

Hay memorias que pelean por el dominio
de otras memorias. Sensaciones que se erigen
sobre otras memorias-sensaciones. Razonamientos
fundamentados con contundencia sobre las memorias
débiles o triunfales, las sensaciones débiles, triunfales.
Como mi infancia, lejos de nuestra cama.
Como alguna vejez en una cama traidora.

Es

Puede decirse.

Todo

El viejo enemigo habita en la estepa y la distancia
ha enfriado los ánimos. No recuerdo
su significado. Todo. Camina humildemente
como un matiz en peligro
de extinción.

A qué ese empeño

A qué ese empeño en demostrar que
todo
es
ilusión.

lunes, 25 de mayo de 2015

Corriente

Uno no dispone de sus significantes.
El repertorio está dispuesto por la memoria
reciente. Los estímulos despliegan qué prefiere
la conciencia. Lo demás está durmiendo, soñando,
viviendo la verdadera vida, la vida auténtica.
Y uno no tiene estímulo de sí mismo.
Uno es pensado por su autenticidad sin saber
nunca quién es, ni que extraña selección
toca ese día.

Salvación

Amigo, está truncado y no va más allá.
Te dejan caer en ese lago de aguas calmas; pero es la ciudad.
Capta en una celda el instante de la transformación.
Tiene la costumbre de llamar al llegar a casa.

Nulla ethica

Prefiere el mango del destornillador.
Porque tiene
color y es
de plástico. Brillante y casi transparente.
La tecnología ha sustituido a la historia con otra
materia menos natural, más barata y eficiente, mejor.
Lo prefiere porque es útil y se adapta a las comodidades.
Lo prefiere porque es hermoso y carece de sentimientos.
Porque en él no se aprieta violenta la muerte ni el odio.

Responsabilidad

¿Irás con esa fuente a nadie?
¿Vas a guardar ese planeta en secreto?
Tú, que piensas que sabes y el arbitrio
de tus actos tejes en una testimonial cordura.
Tú, que habitas este lado del lenguaje
y no te importa hablar de puertas y ventanas.
¿Nos dejarás relegados en este antiguo idioma?,
en este campo abonado por el viento y la idea.

domingo, 24 de mayo de 2015

Desiste

Sigue sin mí. Descártame cuando sea
sólo recuerdo, cuando
no sea palpable la intuición
de que me estás
–fielmente–
inventando.

Húmedo sendero

Atado como estoy por mi lenguaje
tu lengua garabatea libertades
con la caligrafía de otros mundos.

Grosso modo

Porque no atino con el exacto lugar
en el que se ubica tu intrínseca diferencia,
voy probando tu cuerpo por trozos
delicada y brutalmente, sin llegar
a matarte pero con la pasión de la muerte
que espera en tus gestos de vida viva respuesta.

Yo

Re-
conozco que soy humano por casualidad.
Usted, en cambio, es humano deliberadamente.
Me molesta lo que intenta insinuar.
A mí me entristece profundamente no ser
susceptible de robo.

sábado, 23 de mayo de 2015

El tiempo se pierde

Insisto (no sé por qué, qué me lleva a pensar
que no está claro, que no fue comprensible): odio
el repertorio de individuos que fui sin conocerte,
incapaz de imaginar que eras como eres;
odio el otro repertorio que no te recuerda
cuando imagina que no serás como eres
o no te imagina en absoluto, que es de todos
los yos el más deleznable (y junto al cual,
sin embargo, también permaneces). Odio,
mientras tú estás aquí, amando, sin saber
muy bien cómo, este que se entrega.

El tiempo cura

Sobre este planeta han merodeado,
civilización tras civilización,
estéticas magníficas y delirantes,
que destilaban como abejas
eso que destilan las abejas.
Y hoy nacen ingenuas mentes perversas,
dispuestas a no darse por enteradas,
a desatar los más variopintos egoísmos,
hermosos como flores, cálidos como las cosas
que sabemos que son cálidas.

El tiempo huye

Voy a los saludos como un cobarde. Elijo
de entre todos el mismo idioma. Procuro
enunciar alguna interjección de moda
que haya perdido su auténtico significado
–si es que alguna vez lo tuvo “realmente”–. Pienso:
“la mejor conversación no es más que un largo saludo”;
pero eso lo pienso después, como queriendo obviar
lo que ha pasado.

El tiempo es oro

Lo que has comprado pesa mucho, pesa demasiado.
Encorvado por el peso vas hundiendo barbilla
hasta que la punta de tu nariz llega a las rodillas
y te dicen burlonamente moneda andante.
Tú sonríes, humilde y amable, sigues la gracia;
pues es lo que hacen las monedas, congenian,
alardean del rizo que salpica en las fuentes.

viernes, 22 de mayo de 2015

Pacífico

Las arterias bombean en nuestra noche de amor.
Un anillo de mañanas de amor.
Un archipiélago de tardes, tiburones ballena
que van dejando atrás las millas, las corrientes,
ensortijando colosales arrecifes no humanos
de nuestro amor.
Por donde quiere sale el sol
y tu temperamento es envidiable.

Urbe

Tus dientes añoro como copa
para todo mi cuerpo.
Apoyaba el brazo entre la mesa y sus pechos
mientras escribía:
“Cada lugar de tu cuerpo que puede
ser beso, ser surtidor. Cada porción
de mi cuerpo que huye, que siente, que brota”.

Vanidosos

Los objetos quieren sus lógicas.
Quieren llevar las palabras, haciéndose
pasar por los objetos, sus lógicas, sin
idea, sobre nosotros, cuando
ni siquiera quieren,
ni siquiera pasan.

Espontaneidad

Se arropó en la parálisis de su dimensión
en un baño aleatorio proporcional.
Precisamente
porque su incapacidad consistente
en no saber contener la pausa
a la que el instante se aboca.

martes, 19 de mayo de 2015

Dicho al revés

De tanto suceder voy amando la noche;
ahora porque tiene la temperatura de estar juntos.

A esto hemos llegado

Hemos certificado todos los presagios.
Nuestros gestos son la firma del Destino.
Lamentable que nadie sepa leer nuestro idioma.
Lamentable que no generemos literatura alguna.
Nos miramos a los ojos
y siempre cobra sentido
toda nuestra historia.

Larga carretera azul

En tu país era frecuente la nieve. Lo anoto
en pasado, porque has emigrado a mi cuerpo
que es esta redacción, siempre al borde del mar.

Sorprende nuestro amor

Nuestro amor tiene una base sólida:
todo un planeta que flota en el vacío,
que ha convertido su caída
hacia el sol en un pacto.
Yo intento describirlo y tú me soplas en la nuca.
Yo intento describir ese soplo y la palabras
ya no son lo que debieran y me soplan torpes
porque no son tú. Salgo al mundo en busca
de ese soplo y me entregas tus labios.
Vuelvo al texto. Nada vale, y hay que comenzar,
todos de nuevo.

lunes, 18 de mayo de 2015

Sombra del paraíso

Debajo del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal
nadie mentía.

Sigue siendo diluvio

La inundación es un velo que no impidió
el incesto ni consiguió el olvido. La lluvia
ya no es inminente.

Babel y Laberinto

Babel y el laberinto vertical de la dialéctica.
Arbitrarias ventanas espían paisajes
oblicuos, amantes que se besan
sin necesidad de cortinas o palabras.

Nadie toque a Caín

“Nadie toque a Caín”,
y el propio mito incumplió
la orden contando
su historia (a no ser
que creamos que no se puede
tocar con las palabras).

domingo, 17 de mayo de 2015

Corrupción sistemática

Hay demasiados demasiados hablando demasiado.
La demasía, con sus variantes, es un tópico que satura
el panorama poético desde los tiempos de Roma.
Es difícil no encontrar cada día uno o dos
millones de poemas que hablan de alguna demasía.
Demasiados textos se hacen pasar por textos
que no son poéticos y que hablan de la demasía.
Ya tantos demasiados disimulando que no son 

demasiados, que no son poéticos, para poder seguir
acusando a otros de que son –los auténticos– 

demasiados, son, de hecho, que la demasía
asfixia como una plaga cualquier saludable exceso.

Burocracia sentimental

Se cae más en el amor que en el suelo.
Se cree más en el suelo que en el amor.
Todo porque el amor no se enseña,
mientras que el suelo es nuestra única lección.

No está bien dicho, y las premisas no están justificadas.
Se flota más en el amor que en el suelo.
Se crece más en el suelo que en el amor.
Lodo por el amor que no se ensaña,
que en el suelo nos muestra la única elección.

Esto es demasiado aleatorio y debe corregirse.
El suelo es el límite notorio de la única ley
a la que tenemos acceso. Porque, aunque
la muerte es más ineludible apenas si llegamos
a comprenderla. De la muerte aprendemos
lo que es el vuelo y el amor lo pisamos más
o viceversas.

Cuerpo estadístico

Vuelvo a hablar de esta pasta gaseosa,
en la que se mezcla memoria y sudor,
navegación y decoro. Podría ser más
científico; pero hasta los datos se me antojan
una pegajosa dieta para omnipresentes ácaros.

Cinismo normativo

Aquí están prohibidos los gatos, pero ellos vienen
sin que pueda evitarlo. En mi corazón no hay
sitio para ellos y ellos se me vuelven arquitectos.
En esta ciudad hay más gatos que ladridos.
Sueño con panteras. Duermo con miradas
y caricias de gato. Se lanzarían sobre mí
si no les importara tan poco. Caminan pianísticamente.
Podrían contarme, si hablaran, todo lo que amo
y no es como yo; pero les gusta el silencio.
En esta ciudad de omnipresentes ladridos
y de melancólicos gatos invisibles.

sábado, 16 de mayo de 2015

Función

Devórame, porque
pronto tus dientes habrán olvidado este idioma.

Cómo te atreves

¿Y a esto llamas valentía?:
A confirmarle al amanecer que eres
capaz de renunciar a tus sueños otro día.
A rehuir con la minuciosidad de un centavo
la dedicada nomenclatura de los imperios.
A ser testigo de las impecables maquinaciones
con que esa mente tuya explica los gestos
–los gestos vienen de escalar rascacielos palpitantes–.
A saber perpetrar otra cita con la distancia.
¿A esto llamas valentía?, ¿qué pones
orgullosamente en riesgo?, dime:
¿Acaso crees que el tiempo crece en los árboles? 

Anticipación

Esta línea sólo encuentra nariz. Bajo hasta el 
ombligo. Caigo por la ranura de las correntías.
Y ese es el final. Esperaba demorarme,
pero un temblor de tierra me ha recordado
que es morada de los dioses.

Imprevisible

Los que piden exactitud, ¿con qué piensan
medirla? La costa de sus senos era fractal.
Quieren que sea fiel al retrato de su rostro,
pero en mi memoria las emociones son
un velo, no, mil velos, no, heridas a millones
–pérdida registrada–
que siguen hablando y no en aquel idioma.
Quieren adecuarse al semblante del mundo
y aún no han acertado a sentarse en el amor
corriente abajo.

viernes, 15 de mayo de 2015

Hundimiento

Por tres veces tus brazos
quisieron rescatar del lodo
las últimas estrellas.
Y tu piel, que es blanca
como el papel más caro de este siglo,
salió enguantada de un barro negro,
que no es tinta ni cieno, ni noche ni tacto,
sino el camino de la luz hecho prenda
un instante.

Flotabilidad

Ya sé que conoces el lenguaje repetido,
que tu cuerpo es un puente para cruzar
previo pago de desnudez absoluta.
Que tu escritura es rebelde, lo sé,
porque está hecha de párpado y de uña.
Que has perdido mucha sangre y aún
no has sido creada; no del todo, al menos.
Aún así, dilo otra vez. Escríbemelo. Talla
al pulso de tu boca en mis huesos todas
las maravillas que me harán morir.

Dedicación

El pensamiento todo el día ronroneando,
como una lluvia que no sabe el camino
del viento ni del suelo y ahora
llamo con mis nudillos que son palabras
aporreo las puertas inmensas y nadie abre
ni responde. No sé. ¿Por qué no me deja?
Tal vez ya te escriba y no me dé cuenta.

Letargo

Vienen ha dar testimonio del letargo y la tortura;
pero aún no ha dado tiempo a que se consuma
el delirio derramándose en los actos.

jueves, 14 de mayo de 2015

Carpe

Me coges pinzando con los dedos: no pensarás
que detrás te llevarás todo el cuerpo. Tocas
con la yema una pulgada del día: mira
cómo se mueve el resto de los detalles.
Un bocado de ti me sacia; pero es sólo ilusión:
la realidad es esta educación en el hambre
que tu detalle en mi boca hace de mí.

Hipótesis

Tú desconfías; pero si no eriza la piel no es perdón.

Términos

Llega a su término, y en mitad de la cosa
llega también a otro término. Aquí está dicho,
aquí ha rectificado la cadera de mujer
en la que desespero.

Ensayo y error

Doblas un pañuelo para ir a otro planeta.
Confías en el atardecer y sólo hablan distancias.
El abrigo en la percha ha bloqueado tus manos.
De tu casa al trabajo hay un reguero de palmas
en la espalda que quieren adivinar tu nombre
en este vaso de fuego, en este lápiz de lágrimas.
Cada paso echa raíces mientras tus ojos ausentes
vuelan sin tiempo y yo, fiero, te seguiré donde vayas.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Ritmo

Hacer prisioneros en gritos de fiebre,
hacer prisioneros en fiebre y en gritos,
y dar por supuesto que los muchachitos
ocultan la cara, ocultan los gritos,
para que en sus casas no salte la liebre.

Ritmo

Espera y pasión,    mil diezmos de nieve.
Espera y pasión.    Los diez o los mil
se acuestan con diez    espasmos sin nieve
y acuesta con mil    reparos atroces
la nieve en volandas    del odio infantil.

Ritmo

Quizás juega la tierra, arden tus brazos.
Quizás juega la sal, sale ardor, sale tierra.
Sale vivo el ardor, pide tus brazos
y ni sale la tierra, ni tampoco han llegado
tus brazos acotados con la tierra.

Ritmo

Hay ternura de sombra, atril de ira.
Hay ternura en que yo soy atril y soy sombra.
Van segando mi atril tejiendo ira,
y ni yo soy mi sombra ni tampoco han segado
cada ira enraizada de ternura.

martes, 12 de mayo de 2015

Ritmo

Hay noches en que sueño    el fantasma del ritmo.
Hay noches en que yo    soy fantasma y soy sueño.
Me amenaza el fantasma    de que sólo haya ritmo,
que ni yo ni mi sueño    haya, no, ni amenaza.
Sólo ritmo sin cosa.    Vida. Noche sin alma.

Sin pulir

Cimientas como roca las endebles dimensiones
en las que dibujo como flotando el mundo. No,
eres el rugor de las fibras de ese lienzo
que ha empapado el dibujo. Pero rugor no
existe, me lo he inventado y yo no quiero
que seas nada parecido a mi invención.
Sé pues el viento que desdice el hueco de las rocas.
Habita entonces el amplio tablero de mis dudas.
Si estuvieras
aquí hablaríamos largamente y desaparecería.

Lapso

Cuando me dijeron por primera vez
que en aquella ocasión no fui
capaz de reconocerme en el espejo,
no lo creí; pensé que hablaban
de otro, que hablaban de broma,
que deliraban –y por qué iba a ser
yo el objeto de su delirio–.
Las siguientes veces me sonó
a conocido y quise investigar.
Quién será ese que no sabe quién es
y aún así actúa exactamente
igual que yo.

Languidece la posibilidad

Hay celos en las paredes, y por eso son paredes.

lunes, 11 de mayo de 2015

Firma y estrategia

Nada de viajes, sólo una intermitencia
de puertos con sospechas, con habladurías,
con leyendas de viajes. Y de camino a mi casa
sólo el recuerdo de la risa y el rumor en el puerto.
Y llegando a casa el recuerdo del camino, el deseo
del hogar. Nada de viajes, sólo una intermitencia
de amantes: tus ojos, tus pechos, tus manos,
tú y yo sus sospechas, sus habladurías, sus leyendas.
Nada de viajes, sólo torpe inminencia: tú; lo demás,
los ojos, los pechos, y yo y las manos, puras
habladurías, leyendas, rumores, sospechas,
imágenes pintadas por la diosa torpe memoria

que a la noche, amor mío, se destejerán.

Digo que volveré
a tener la ilusión
de que hablo y que sé
de qué hablo,
pero uno no es consciente de sus ruidos.

El ornitólogo que traducía para el viento

Ven.

Alegoría del impulso

Las últimas investigaciones desestiman
la influencia de la luz en nuestros actos.
Si te beso, no es porque alguna vez viera
en los labios de alguien un beso. Tampoco
confían los sabios de todas las épocas
en que el lenguaje sea motor del acto,
como tampoco imagen de los objetos.
Insinúan (a mi entender) que nunca nadie
ha besado
hasta que te besé. Nunca te besé
hasta que alguna vez te bese.
Y ese acto,
nunca visto por nadie, porque la luz nace del beso,
nunca contado por nadie, porque la voz nace del beso,
es el que dará origen a la ciencia de los actos.

Marchamo de tormenta

Desde hoy, esta será nuestra tormenta.
Que nadie más reclame sus derechos sobre ella.
Tú y yo sabemos que es nuestra, que ese estilo
del viento es nuestro estilo del viento, que esas nubes
rizan su pompa oscura como tú has querido
que ricen su pompa oscura, como yo he querido
que ricen su esponjoso bramar entre los rayos.
Los que nos conocen, si es que alguna vez
nos ha conocido alguien (como yo te conozco,
como tú me conoces), cuando vuelvan a ver
esos mismos árboles bailar del mismo modo,
esos mismos pájaros huir y quedarse, huir,
quedarse,
se acordarán de nosotros, no podrán evitarlo.

sábado, 9 de mayo de 2015

Rigor sublimado

En alguna parte tu rutina te pasa revista.
Desde aquí la imagino y envidio –no puedo
evitarlo– cuanto haces y no llego a imaginar.
Oigo de ti apenas la punta del iceberg
que quisiera que fuera mi memoria que sólo
es un reflejo en el hielo de la muerte.

Catorce tripas de quitar

La salud fue la apuesta máxima.
Muchos ojos pendientes de la jugada,
pero sus vistas eran demasiado lentas:
entre los átomos viajaba el poder muy seriamente
entre los átomos viajaba el amor muy seriamente.
La risa les lanzaba incertidumbres
desde nuestros secretos.

Algarabía y cuello

Dormiría disuelto en tu cuerpo
si tuvieras la paciencia de mi aburrido seguir.
Podría probar un hueso de tus dedos
y dejarme allí un ojo o media boca
y tú destejerías el discurso de muerte
que tan continuado.
La caricia o pestaña entre el ombligo el azul
del antiguo jarrón sobre la vieja repisa
que el gato ni siquiera llegara a rozar
con mi lógica revisaría sin los automatismos
que en el goce del tiempo no llega
al final.
Sabes que yo entonces grulla en tu sexo
del invierno dictado sin fisuras
en el manuscrito de así debe ser dicho
gime cuando en este punto sensual licuado
perfectamente en tu recitado sobre la belleza
si descolocas de aquí y ocurren cosas
desmigado el mantel de orgullo desvelado
de ti.
Algo evita el movimiento.

Algarabía y cuello

Érase yo, alegoría implacable,
enlucido en creeres de este mundo
obviando en el discurso la palabra
tú, que te imagino estocada a
estocada de aún no descubierta esgrima,
perdona mi indolente empeño de fachada.
Orgulloso de un arte riguroso de espada
incapaz de admitirte hiriendo como herida.

viernes, 8 de mayo de 2015

Algarabía y cuello

Te amo de manera intermitente.
Escucho una noticia y me distraigo.
Medito una teoría y me destraigo.
Juego a justificar mi idea con el mundo.
Pero sospecho –intuyo tal vez algo más
que una hipótesis–
que el detalle es el andamio de tu amor,
te diviertes en pasión y derroteros
y pasión y detalle es de pasión un lazo
y si andamos o abrazo un anillo de piernas,
que eres pasión en labio, pierna y estación,
trabajo y lazo. Notas y consignas
apuntes de amor. Yo, otro,
soy a veces separado por olvidos
tu misma mordedura en cada todo.

Algarabía y cuello

El sudor rompe en el orgasmo
y yo duermo en el prado de tu olor
la vertical de un ave seria
alcanzada de muerte en pleno vuelo
y tu cariño se propaga
empapado de gritos, de calor
espeso y germinante.

(Despliega la ciudad orfebres grillos
tan solo a una rutina de distancia)

Sea

Se ha agotado la falta. Ya
no me queda más y lejos la veo
derramarse, falta o ausencia,
por calles y distancia,
por caderas y distancia,
por columna vertebral.
Llueve ausencia imaginada en otros lares.
Aquí esta sequía real de falta sin objeto.
Exijo a los gobiernos que canalicen
desde las regiones donde desborda la ausencia
en acequias de falta hasta mí,
que es el desierto de no me queda más,
que es la estepa en invierno, el pensamiento
árido y sutil, el organismo saturado
por tantos agujeros vaciados de nada.

Guiños

Conviene distinguir el aburrimiento de la desesperación.
Guiño a la humanidad.
Pero yo no quiero / hablar / de la humanidad.
No desesperes, sé tolerante a tu propio aburrimiento.
Y dice el maestro: separemos.

Yo quiero hablar de la cinta de cera o de memoria
con que una mujer depila su perfil de diezmo erótico.
Conviene distinguir tu piel de la mía, tus recuerdos
de mis invenciones; pero yo
no quiero / hablar / de la memoria. / Y dice
el maestro: separa la causa de su síntoma,
el efecto de su descripción.

He llegado hasta el zócalo morisco de tus dientes o azulejo.
No sé si entrar, pues me gusta esta blanda humedad
del trópico o tus labios.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Guantes de mí mismo

Desde que me sacas el alma
con tus brazos como metidos
en un pozo de lodo, que es
la humanidad más la lluvia.

No olvides

Si despiertas del sueño es que nunca has dormido.

Esta tarde de ejemplo

En esta de oriente a occidente tarde
de mayo bajo el sol caliente, llevado
por la densidad en volandas de las flores,
con la urgencia de que pronto iba a cerrar
el taller en el que estaba reparado
mi coche. Sudé tanto. Bebí agua tan fría.
Ahora mi garganta se resiente. Pronto
el verano cerrará la primavera. Ahora
apenas expirar este parecido consigo
con torpe aquella realidad.

Sinceridad

Sin ironía cómo puede haber sinceridad.
Quien expone sin fractura su secuencia de ideas
da muestra inequívoca de la profunda ignorancia
de sí mismo y de la naturaleza alterada de tales
ideas. En la ineficacia de dichos enunciados
recae la ironía inevitable donde no era
buscada.

martes, 5 de mayo de 2015

Serpientes

Los escogidos que habéis escuchado
el lenguaje secreto de la noche,
los que no consiguieron engañar
con los hechizos normales de siempre,
los que creísteis y dais testimonio
brillante de las últimas bellezas,
de la palabra robada de entonces,
sólo vosotros tendréis. Mientras viven
los otros, mis amigos.

Las

Atragantado por los premios
creados por el hombre
encontrarás el simulacro
de tu propia virtud.
Ritos paganos para deudas
antiguas como flores
quedan por dar al ciego mundo,
al hombre repetido.

Últimas lágrimas

Alguien le ha arrebatado a la lluvia.

Sus

Catorce. Destripado. Sublimación. Riguroso.
Marchamo. Tormenta. Alegoría. Impulso.
Ornitólogo. Traducción. Viento. Estrategia.
Firma. Languidecer. Posibilidad. Lapso.

lunes, 4 de mayo de 2015

Con

Siempre estoy solo. Tanto que aún
ningún humano ha acotado los límites del siempre.
Cuanto digo lo tomo prestado de algún idioma
que a su vez tomó prestado de otros ladrones de idiomas.
Solo soy el efecto impreciso de algunos actos, no todos
míos. Los cuales suelo no conocer. Los cuales tú
tienes –a veces– presente.

Escribe

Con el gesto al soltar tu ropa.
En la elección del objeto.
En las consecuencias de tu distracción.
Con tu cuerpo, en tu cuerpo.
Con el idioma culinario. Con aromas.
Con el léxico inverosímil del viento
que aún garabatea sobre el mar
a pesar de estos tiempos nunca suficiente
mente modernos. Sin tregua. Para mí.
O es que perteneces a esa secta del silencio.

Laberintos

No dejes que lo sucedido eche tierra sobre lo
que sucede. No dejes, no, que eche la tierra lo
sucedido sobre lo que tiene que suceder. No
quien eche tierra sobre lo que tiene sucedido 

sucede. Sucede quien no deja tierra sucedida 
sobre lo que tiene que suceder.

Bestia de la naturaleza

Bestia de la naturaleza.
Árbol Yggdrasil de las consideraciones.
Hipopótamo de las divinidades y los tormentos.   
Tu cuerpo de mujer entrando por la puerta
o aquí sentada mientras lees. Tu mirada
posándose como un rayo que otorga pasión
sobre las cosas. La curva y la curva de
tus dedos inquietos. El juguete diminuto
que impide
que huyan
tus llaves y las mías.

domingo, 3 de mayo de 2015

Iniciativa

La actitud está sembrada, tras haber hundido
sus poderosos brazos, por la desnuda primavera.
Diminutos destellos de actitud revolotean
como electrones en la humedad o el girar
vertiginoso de las estrellas al unísono.
Querrás reconocerla, pero habrá cambiado,
la actitud, que cabalga desnuda en la grupa
del viento, dejando que su sexo todo se apriete
en cada titánico paso con un golpe de voz.

Y no será propiedad de las flores, ni del vaso
de cristal, ni del anillo precioso que une
a los amantes.

Querrás reconocerla, pero habrá avisado
al barro, a la tierra, para que suspenda
el uso del lenguaje. Tendrás que vender tus ojos.

Tendrás que concederle un trozo de ti al tiempo indiferente.

sábado, 2 de mayo de 2015

Jardín de mis delicias

Descubrí que la maquinaria de mis ambiciones
era mi huertito, sembrado con quién sabe
y abonado con mi tanto maquinar. Jardín cerrado.
Me di a la depresión y a la desidia hasta
que mi cama, cualquier lugar, fuera
mi mismo huertito, con plantones redundantes.
Decidí entonces con mi cuerpo cultivar
un huerto real, con árboles frutales, hierbas
aromáticas. Llegó un momento en que las flores
me recordaban mis ambiciones y mis tormentos,
abonando la tierra con mis propias células muertas.
No más: a salir cada año, de viaje, a ver
el mundo y lo nuevo que traje
ra su gente. Pero el planeta entero fue huertito,
con todas sus horas, con todos sus modales.
Y yo un gusano imberbe deseando que prospere
insólita la manzana que pronto caerá.

Y mientras tú me interrumpías. Intermitente
mente era la nieve en la montaña. Llamabas
con tus nudillos palabras al cristal de mi ventana
tan alta como pudieran llegar unas manos sobre
humanas. Tú me interrumpías, pañuelo de seda
deslizándose como el Nilo entre mis labios,
perdón, tus labios, perdón, tus labios.