domingo, 26 de diciembre de 2010

Dignatarios

No sé de ese tiempo que pasa
ni de cada pequeña cosa
que se nos desvanece.
Hoy por mi corazón me pasa un mundo.
Mundo digno de odio y, hasta el llanto,
digno de amor
en ese tú de mí que permanece.

Pasado porvenir

Y ni siquiera imaginas la abstinencia
–tanto yo, tanta memoria–
de esa adicción al día por delante.

Corregir

Ambos reinamos en
el mundo co-recto.