viernes, 14 de octubre de 2011

Y te seré, entregado

Vibrante de amor
me entregarás tus dudas
y yo las cuidaré, las alimentaré,
regaré con tiempo sus ansias,
hasta convertirlas en un enigma.

Amatio et imitatio

Tan sólo amar, pues no puedo saber. Sólo puedo atrapar lo que pueda del caos y entregarlo, como si fuera mío, como si fuera libre, y amar lo que tal vez no sea una ilusión de la libertad.
La otra opción es vivir encadenados con ese pasar de la vida, y ver las sombras de nuestras propias cadenas, dibujando, como serpientes que se contonean, lo que diríamos son sombras de las ideas con que miramos las cosas. Es mirarnos y entragarnos o dejarnos diluir en nuestras propias sombras, fingiendo que imitamos a los sabios.
Como una paciente esponja o una certera
y abstracta jeringuilla, extraes
el veneno de la realidad de las cosas.
Lo impregnas con tus inmensos sentimientos,
lo fermentas, lo catalizas y lo devuelves
en forma de veneno, para que el amor
sea nuestra sentencia.