martes, 8 de enero de 2013

Los que reivindican la realidad me desesperan. Han olvidado el fracaso llueve a sus anchas sonrisas. Tú hablas y tu amor no puedo evitarlo.
Convertirse en un monstruo acosador armado de ternura ante el recuerdo de tus ojos es tentador a sombroso pesar de resistencias.
Intentas llegar hasta el final
y en ninguno de los trayectos me conoces.
Cree que se encuentra a salvo en la desconfianza. Ignora que se destruye en plena salvación. Tengo llaves y antónimos. Olvido por igual. Que sea el mar el que canta.