jueves, 8 de octubre de 2015

Evidencia recurrente

Por lo que sé de mi piel
imagino el calor de tu carne junto a la lija de mi barba.
Pero no sé de tu piel. Me separa de ella el momento
del deseo. De repente siento celos de tu piel. Siento
celos del momento. Quiero asesinar tu piel con el momento
o asesinar cada momento con tu carne.
Pero me acuerdo de ti y tu cuerpo es un regalo, de repente,
un trozo del amor y del recuerdo que vas regalando
tú, para tu piel hermosa y caliente, tú, para el momento
que quiere marcharse.