miércoles, 11 de abril de 2012

El único mito del Sol


.....Dicen de Hefesto, herrero de los dioses, que era feo y contrahecho; algo difícil de creer por las razones que expondré más adelante. Antes señalaremos que esta dificultad de fe es precisamente su rasgo de fealdad más poderoso en una mente fría y racional como hay quien supone al ser humano.
.....¿Cómo puede ser feo uno de los pocos hijos legítimos de Zeus y Hera? (La vieja polémica entre Homero y Hesíodo sobre la concepción de Hefesto funciona como un lapsus de inverosimilitud que lo liga con Atenea y con Prometeo. Hefesto y Atenea podrían ser el mismo dios. Hefesto y Prometeo podrían ser los mismos; pero por el relato no lo son)
.....¿Cómo puede ser feo el dios de la tecnología para la civilización más tecnológica de la historia, esto es, la nuestra? No me digan que el hierro es feo, que los bárbaros forjadores del hierro eran feos, o los mineros deformes y contrahechos; no me valen esas excusas. Una civilización siempre ama lo que la hace grande, es su ser, de los pocos amores legítimos de su discurso.
.....Pero no es esto lo que venía a contar. Lo que no se dice, pero se lo desarrolla en otros cuentos medievales (estudien otros esta certera vinculación), es que Hefesto no era feo; sino que se hacía pasar ante los demás por sí mismo, cuando en realidad Hefesto era Ares. Hefesto y Ares son el mismo. Que el hierro y el belicismo son hermanos es un pleonasmo tan ridículo que no podríamos considerarlo así de obvio en los griegos, que eran todos unos sofistas. Estos hombres quisieron que todos los dioses se dejaran engañar, y pusieron al deseo sexual (Afrodita) tranquilamente casado con su abominable esposo y estúpidamente asociado con su encantador amante. Es obvio, ambos eran el mismo.
.....Sólo Helios sabía la verdad. La prueba de que este mito no es griego es precisamente que sea Helios, y no Apolo, el que haya sobrevivido a la nominación en este relato. O tal vez esta sea la prueba de lo esencial y originalmente griego del mito.
.....Helios pertenece a la primera generación; ¿qué pinta en esta fabulilla entre dioses de segunda? Por otro lado, Afrodita, es también una diosa de primera generación, y, como diosa del deseo sexual, no hubiera sido una extraña consorte del sol, a lo Zeus y Hera. Helios es el heredero directo de su padre Hiperión (Helios Hiperion Panopter): "El que está por encima de todo concibe al que todo lo ve". Apolo es precisamente lo complementario: Apolo es el iluminador, "el que hace ver".
.....En este relato, Helios viene por su capacidad para ver. El relato nos dice que Helios ve el adulterio de Afrodita, cuando lo que denuncia el relato es lo contrario: lo que Helios ve es que Afrodita ama realmente a su esposo, su monstruosa creatividad es compartida en el herrero y la diosa. El versátil goce de la guerra es prueba de ello. O los griegos o sus lectores no comprendieron, como los dioses tampoco, estas peculiaridades de la condición humana. Este relato es un curioso desliz.
.....Helios, el que todo lo ve, viendo la no-diferencia entre Ares y Hefesto (algunos podrían decir que Helios estoy siendo yo viendo y relatando... ¡Nimiedades!), lo que sucede realmente es que con este relato nos hace ver la diferencia. Es decir, Hefesto no tendría por qué ser Ares, no tendría por qué ser feo, ni Afrodita amar ese objeto de lo humano, sino otro.
.....Este nuevo Helios denunciante (no ya vigilante) viene a cobrar forma en el gallo (dejaremos sin comentar las frecuentes asociaciones fálicas del gallo, cuyos envites son fácilmente asociables con la batalla sexual o bélica).
–El gallo hace ver a los dioses la ausencia del sol (sin él ¿es que los dioses no se habrían dado cuenta?)
–El gallo hace ver el sol.
–El sol hace ver el adulterio de Afrodita y la diferencia o no de Hefesto-Ares (el sol hace ver al gallo; la visión se vuelve invocante).
–La invocación del gallo hace ver al sol (invoca la visión): hace que lo veamos, hace que el sol vea.
.....La denuncia de Helios obliga a Hefesto a hacer uso de su ingenio tecnológico para construir un efecto visual, cuyo resultado es el relato mismo (una sutil red de plata casi invisible), que nosotros acogemos como si fueran hechos, con la misma ingenuidad de los dioses (es importante que Hefesto llama a los dioses -las diosas no fueron por pudor- para que sean testigos y vean: que Afrodita le es infiel, o bien que Hefesto y Ares son seres distintos, y que se rían del enfado de Hefesto y el ridículo de los amantes; humor que irónicamente encierra una verdad: Hefesto y Ares son el mismo).
.....¿Qué implica aquí Hefesto como herrero? Sería algo un poco anecdótico (las interpretaciones socio-históricas de la mitología son, en realidad, anecdóticas) incluir este detalle aquí, si no fuera porque la palabra es la herramienta principal del ser humano (instrumento, falo, arma). El hombre construye con la palabra a hierro y fuego la beligerancia de su deseo. La palabra lo esconde y la palabra lo denuncia. Es la palabra el Hefesto multiforme. Es el gallo que canta. Y el sexo de dos caras que oculta en los relatos su diferencia. El sol, antes de la palabra, el marido verdadero que denuncia con su ausencia: es así que desaparece como Helios y se presenta como Apolo, el soltero de oro.